Constante de fe, así viene este nuevo ensoñamiento hacia tu devenir para conmigo.
Supóngome que algo debe haber en mi para llevar en la frente la valentía de decir te quiero, sin quererlo, sin desearlo y solo, sólo y únicamente sintiéndolo como se siente el fío.
Así viene el hombre esta noche de este día, subliminando la conciencia con la sonrisa propia del hombre que se sabe y me sabe a ojos vista, a mirar sencillo y basto para la mujer que sueña.
Es un día más para festejarlo, y tú sigues ocupándolo en silencio, guardándote del abrazo que no dejas dar a nadie, pero sonriéndome con el mirar; y es entonces con ese mirar que me descubres un mundo de trinos y colores por sobre encima del invierno.
Ya ni siquiera hablo de mirar delante, ya mismo me comparo al brote invernal que surge de los árboles para llamarme a tu vuelo con insistencia.
Ir más allá de eso, sería negar mi propia conceptuabilidad de la existencia y de la conciencia de que soy mujer y como tal me siento.
Puede que se acabe la sensibilidad de dar abrazos a ton ni son, pero es dura la mirada cuando sabes que se antoja darlo a brazo limpio y a corazón abierto. Así voy y lo sabes, así te espero y aunque del esperar se ha dicho y escrito demasiado, verlo desde mi perspectiva es comparar el silencio con el pausado trinar de un árbol en su rama, acariciando el viento y llevando el mensaje del amor a quien quiera escucharlo, sin esperar nada ni a nadie a cambio.
Hoy te ví puede decirse, con la mirada clavada al pecho, sacando vueltas de un abrazo que no pudo más que tu rodear, y sin embargo a pesar de eso, te sentí mío a la par de mi mirar, escabuyendo el sentido y el sonido del deber para conmigo misma.
Contribuyo tal vez a que te pienses un poco y a que te alejes un mucho de un nuevo destino que no asoma a las caricias, sino es que a escondidas de tu propio cuerpo y de mi propio cuerpo.
Pero hay que decir que es justo hacer salir el sentimiento por el sentimiento mismo que se siente.
Hoy podría decirte que tú día sea infinito, pero la infinidad solo aparece cuando te vez en mi mirar y me dejas verte cual hombre y cual más.
Por eso callo y uso el sentir que más conoces de mi, la palabra, y ya ella te dirá exactamente que en tus manos esta el reto de dejarme sentirte tal cual hombre, tal cual mío....
Daanroo
2/08/2006
El reto de un trino...
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