Cara de rana.
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Es fácil perder tus ojos si se abre el juego del peine y la chilla;
el teclado llora, martiriza con regalar las indecencias mías;
la barrera es corta y del pijama nacen cometidos largos.
Una de mis manos, tal vez se vuelva saliva y estaño;
ya vez, porque no se limpiar el seminario no aceptó mis retos,
y poner a las monjas a tejer dos pijamas de pescados, no era obvio.
Por eso te aviso, detrás de los espejos, el reloj sigue a mi diestra;
regala como siempre globos de neón, mientras yo,
dejo de sonreír para mi voz y carcajeo mis senos hasta perderte.
¡Ya vez, deje el listado de lo que te hizo peinar mi nombre!
Ahora solo busco lo absurdo de una campanada a medio bosque
pero dudo mucho, que encuentre un camino tan obvio como el tuyo.
¡En fin, ahora te espero en otra mirada, el reto es aún más sencillo!,
si tienes miedo de nuevo lo entenderé, después de todo,
¡Sólo soy una psicópata con cara de rana que juega a adorar tu nombre!
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Daanroo.
