No ha habido noche más triste, desde que te fuiste.
Mi sentimentalismo se termina y opaca con aquella vista que nunca se acercó a mi lado.
Los colores han ido cambiando, el sonido enmudeció y yo noto entumecida como la lengua se me estremece por no tenerte.
Te quiero igual desde esta incosistencia borrosa donde el alma se me difumina sin motivo.
Te quiero igual, aunque me llame a mi misma flor opaca y mortecina.
¡Pero sabes, aún así encima de la soledad existente en mi jardín, las rosas crecen y yo no se si es por los efectos de tus risas a la distancia, pero sigues en mi piel como aquel primer día, cuando sonreías y desmoronabas mi mundo en un arcoiris de ilusiones varias.
Te quiero igual, así, difuminada y ensanchada de egoismos cuando no te tengo; te quiero así, en ese arcoiris de emociones que me traen tus ausencias y tus besos.
Sólo espero tener un poquito de paciencia para saber esperar y capotear aquella llovizna que aún no llega, pero que sé, en tu ausencia va a llegar.
¡Benditas flores de mi jardín, hasta ellas te saben ausente y se empeñan en volcarse en colores disparejos que me hacen perder un poquito de amor, en tu eterna distancia!
¡Benditas flores de mi jardín, aún sin tus caricias mañaneras, aún tienen la gracia de brotar y encima pintarse de arcoiris, esperando verte abrir la puerta y sonreirles como nos sonreiste a todas alguna vez!
¡Pobres benditas flores, aún llevan encima algo de aquel amor que les inspiraste alguna vez...!
Daanroo
